domingo, 20 de diciembre de 2009

Zumbidos inolvidables

Hoy es 20 de diciembre del 2009 y me parece mentira pero han pasado 20 años de una de las experiencias más fuertes que nos ha tocado vivir a los panameños, la invasión militar de Estados Unidos a Panamá. Aunque habían rumores de que eso iba a pasar, creo que no estábamos preparados ni emocional, ni físcamente para lo que vivimos.


Recuerdo claramente que a las 11 de la noche mi perrita Patty comenzó a ladrar, algo que no nunca hacía... poco a poco, al unísono, todos los perros del barrio ladraban enloquecidos y los teléfonos comenzaron a sonar. Ya no era un rumor, los helicópteros y aviones militares se comenzaron a apoderar de la ciudad. Fue una noche laaaaaaarga y los siguientes días se hicieron tan largos como terribles. Todavía me parece escuchar el zumbido de las balas por doquier y las ensordecedoras explosiones.


Eran vísperas de navidad, un tiempo en el que se supone que reine la paz, pero en Panamá reinaba el caos y la muerte. No era recomendable andar en la calle porque uno podía ser alcanzado por una bala perdida o ser arrestado. Al quinto día me tocó salir de casa y el panorama era espantoso: comercios quemados, un fuerte olor a pólvora en el ambiente, todo parecía un basurero. Sentí un terrible escalofrío cuando un tanque de guerra me pasó por el lado del auto. Me parecía mentira lo que estaba viviendo. Solo había visto esos tanques y a tantos helicópteros y aviones militares en las películas.


Hoy me parece que fue solo una pesadilla, pero se muy bien que para quienes perdieron seres queridos en esos amargos días, la pesadilla de no poder volverlos a abrazar, nunca terminó.


Ojalá que los pueblos del mundo valoren realmente lo que es la paz y no sigan creando razones para experimentar lo que es la guerra.